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¿Qué son aneuplodías?

Las células del cuerpo humano contienen 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total). La mitad de estos 46 cromosomas proviene de la madre y la otra mitad del padre. Los cromosomas contienen nuestro material genético con toda la información necesaria para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. Los pares de cromosomas del 1 al 22 se denominan autosomas y el par 23 se conoce como cromosomas sexuales (XX en las mujeres y XY en los hombres).

Se llama aneuploidía a la situación en la que hay uno o más cromosomas adicionales o falta uno o más cromosomas. Como cada cromosoma contiene cientos de genes, la adición o la pérdida de un solo cromosoma altera el equilibrio existente en las células y, en la mayoría de los casos, no es compatible con la vida.

¿Cuál es la causa de las aneuploidías?

La mayoría de estas alteraciones genómicas se producen durante la producción de los espermatozoides y óvulos. Estudios de las últimas décadas han observado que los gametos (espermatozoides y óvulos) aneuploides se producen en tasas sorprendentemente altas (de al menos el 5%, aunque probablemente superior al 20%) durante el proceso conocido como meiosis. Si uno de estos espermatozoides u óvulos defectuosos participa en la fecundación, el embrión se verá afectado por la anomalía. En la mayoría de los casos se producirá un aborto espontáneo, ya que la mayoría de aneuploidías son incompatibles con el desarrollo embrionario normal.

En ocasiones estas alteraciones también se pueden producir durante las primeras fases de la división embrionaria afectando también al bebé.

¿Cuáles son las aneuploidías más frecuentes?

En los seres humanos, las aneuploidías más comunes son las trisomías, que representan alrededor del 0,3% de todos los nacidos vivos.

En los nacidos vivos, las aneuploidías más frecuentes son el síndrome de Down (que afecta a 1 de cada 700 nacimientos) seguido por el síndrome de Klinefelter (que afecta a 1 de cada 1.000 nacimientos). 

¿Qué son las trisomías?

En ambos casos se trata de una trisomía, trastornos que se caracterizan por la presencia de un cromosoma adicional, lo que eleva el número total de cromosomas a 47. Parece ser que los humanos son mucho más capaces de tolerar los cromosomas sexuales adicionales que los autosomas adicionales. En comparación con las trisomías autosómicas, este tipo de trisomías de los cromosomas sexuales son bastante benignas. Los individuos afectados suelen mostrar un desarrollo sexual y una fertilidad reducidos, pero suelen tener una vida normal, y muchos de sus síntomas pueden tratarse con suplementos hormonales.

En cambio, las trisomías de otros autosomas parecen tener efectos más graves. Se estima que representan alrededor del 35% de los abortos espontáneos y rara vez se observan en los nacidos vivos. De hecho, las únicas trisomías autosómicas que se detectan en un número apreciable entre los recién nacidos afectan a los cromosomas 13 y 18, pero los bebés afectados rara vez sobreviven más allá de los primeros meses de vida.

¿Qué son monosomías?

Las monosomías son lo contrario de las trisomías, ya que a los individuos afectados les falta un cromosoma, lo que reduce su número total de cromosomas a 45. Las células parecen ser especialmente sensibles a la pérdida de un cromosoma, ya que la única monosomía humana viable afecta al cromosoma X. Las mujeres con una sola copia del cromosoma X tienen la condición conocida como síndrome de Turner.

Aneuploidías cromosomas sexuales: Klinefelter, Turner, Jakob, triple X

¿Qué son las aneuploidías autosómicas y las aneuploidías de los cromosomas sexuales?

Otra forma de clasificar las aneuploidías hace referencia no al cambio de número, sino al tipo de cromosoma que se ve afectado (autosómico, pares 1 a 22) o sexual (par 23, X e Y).

Aneuploidías autosómicas

Como hemos dicho anteriormente el término «trisomía» se utiliza para describir la presencia de tres cromosomas en lugar del par habitual de cromosomas, es decir, un cromosoma de más. Aquellas aneuploidías autosómicas compatibles con la vida pero que dan lugar a enfermedades genéticas que tienen importantes consecuencias en el desarrollo del organismo son:

● La trisomía 21 (también conocida como síndrome de Down) se da en aproximadamente 1 de cada 700 nacimientos y el riesgo aumenta con la edad de la madre. Suele provocar retraso mental y también malformaciones físicas, sobre todo defectos cardíacos. La esperanza de vida media es de unos 50-60 años.

● Las trisomías 18 (Edwards) y 13 (Patau) son más raras y se encuentran en aproximadamente 1 de cada 7.000 nacimientos. De nuevo, el riesgo aumenta con la edad de la madre. Estas trisomías se asocian a un grave retraso mental y a menudo a graves malformaciones físicas. La mayoría de los afectados mueren antes o poco después del nacimiento y sólo en raras ocasiones sobreviven al primer año de vida.

Aneuploidías de los cromosomas sexuales

Como hemos mencionado al principio, las mujeres tienen dos cromosomas X (XX), mientras que los hombres tienen un cromosoma X y otro Y (XY. Las aneuploidías de los cromosomas sexuales consisten en la presencia de alteraciones en estos cromosomas. Estas alteraciones pueden tener distintas consecuencias, como por ejemplo el desarrollo de malformaciones, trastornos cognitivos y de crecimiento, así como problemas sexuales y de infertilidad.

● Síndrome de Klinefelter: afecta a varones (aproximadamente 1 de cada 500 a 1.000) y está causado por la presencia de un cromosoma X adicional (47, XXY). El riesgo aumenta con la edad de la madre. Los afectados por esta trisomía suelen tener una estatura mayor, en ocasiones un ligero retraso mental y problemas de fertilidad.

● Síndrome de Jakob: afecta a los hombres (aproximadamente 1 de cada 1.000) y está causado por la presencia de un cromosoma Y adicional (47, XYY). Los afectados tienen una altura mayor de lo normal, pueden presentar algún retraso en el lenguaje y por norma general no tienen retraso mental.

● Síndrome de Turner: afecta a las mujeres (aproximadamente 1 de cada 2.500) y se caracteriza por la falta de un cromosoma X (45, X0). Las personas con esta monosomía tienen baja estatura, infertilidad y, en ocasiones, trastornos cardiacos y renales.

● Síndrome triple X: afecta a las mujeres (aproximadamente 1 de cada 1.000) y se caracteriza por la presencia de un cromosoma X extra (47, XXX). Muchas niñas y mujeres que padecen el síndrome triple X no manifiestan síntomas o solo tienen síntomas leves. En otros casos, los síntomas pueden ser más marcados y, posiblemente, incluir retrasos en el desarrollo y dificultades de aprendizaje.

Riesgo de aneuploidías y edad materna

A medida que la edad de la mujer aumenta también se incrementa el riesgo de producir óvulos con una aneuploidía, que en caso de ser fecundados resultarán en un embrión o feto con una aneuploidía. En la mayoría de los casos, los embarazos con dichos embriones o fetos afectados acabarán en un aborto espontáneo, y en un porcentaje bajo en nacidos vivos con alguna aneuploidía autosómica o aneuploidía de los cromosomas sexuales (sólo aquellas que impliquen un fallo en el cromosoma X, ya que aquellas que afectan al cromosoma Y sólo pueden ser transmitidas por el padre).

La posibilidad de tener un hijo afecto de una aneuploidía es de:

● 1/385 a los 30 años

● 1/179 a los 35 años

● 1/63 a los 40 años

● 1/19 a los 45 años

No obstante, debido a que muchos embriones aneuploides no llegan a término (no se implantan o resultan en abortos espontáneos) su frecuencia es mucho mayor de la que sería esperable en relación con la de recién nacidos afectos.

En mujeres en el rango de edad de 35 a 39 años más del 20% de los embriones producidos son aneuploides.

En mujeres de más de 39 años cerca del 40% de los embriones producidos son aneuploides.

Como hemos dicho anteriormente, cualquier embrión con un cromosoma menos (monosomía) dejará de implantarse o desarrollarse a término (excepto la monosomía X o síndrome de Turner), y sólo unos pocos de aquellos portadores de un cromosoma extra (trisomía) llegarán a término. Se cree que la falta de implantación y de pérdida embrionaria son las principales razones de la baja tasa de embarazo por encima de los 40 años.

La causa detrás de este incremento de riesgo de aneuploidías es el diseño del proceso de desarrollo de los óvulos o ovogénesis. En las mujeres, unas células precursoras de los óvulos conocidas como ovocitos primarios entran en una fase de latencia, conocida como dictioteno, que empieza en las últimas fases del desarrollo del feto (es decir, antes de nacer) y no se completa hasta la ovulación. A medida que pasan los años, y como todo proceso de envejecimiento, estos ovocitos pueden ir acumulando errores que resultarán en un óvulo aneuploide. Es por ello que lo óvulos de las mujeres jóvenes presentan menos aneuploidías que aquellos de las mujeres de edad avanzada.

Riesgo de descendencia afectada por aneuploidía y edad materna

¿Cómo se detectan las aneuploidías fetales durante el embarazo?

Para la detección de las aneuploidías fetales existen diferentes pruebas prenatales, que generalmente se dividen en dos grandes grupos: no invasivas e invasivas.

Las pruebas no invasivas comprenden el cribado combinado del primer trimestre y el test prenatal no invasivo. Ambas pruebas no suponen ningún riesgo para el feto ya que sólo necesitan una muestra de sangre materna, y en el caso del cribado combinado del primer trimestre una ecografía a las 12 semanas de gestación. Si que se diferencian sin embargo en su fiabilidad, ya que el cribado combinado del primer trimestre presenta una mayor tasa de error.

Las pruebas invasivas son la biopsia de corion y la amniocentesis. Por lo que se refiere a las aneuploidías, sólo se realizan para confirmar una sospecha de aneuploidía detectada mediante un test prenatal no invasivo, ya que suponen un riesgo de aborto situado entre el 1% y el 2%.

En Genosalut llevamos más de 10 años ofreciendo la prueba del ADN fetal. Nuestras prueba básica analiza las trisomías más frecuentes (21, 18 y 13), las aneuplodías de los cromosomas sexuales y determina el sexo fetal. Nuestra prueba ampliada analiza además diversos síndromes microdelecionales.

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Aneuploidías fetales: qué son y cómo se detectan durante el embarazo
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