Las mutaciones más frecuentes en individuos con problemas de fertilidad son las que afectan al gen CFTR. Dichas mutaciones son responsables de la fibrosis quística, y una de sus manifestaciones es la ausencia de los conductos deferentes en los testículos. Entre un 60 y un 90% de los casos de pacientes infértiles con ausencia de los conductos deferentes son portadores de dicha mutación.
Las mutaciones en el gen AR, situado en el cromosoma X, causan una variedad de defectos conocidos colectivamente como síndrome de insensibilidad androgénica. Su producto, el receptor de andrógenos, juega un papel muy importante en la progresión meiótica y, posiblemente, en la formación de espermátidas redondas. Mutaciones en AR causan azoospermia y afectan al 2% de la población de pacientes infértiles.