La medicina preventiva se centra en la prevención y detección temprana de enfermedades, con el claro objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes. En otras palabras, se centra en conocer las características individuales de cada paciente con el objetivo de personalizar y optimizar su cuidado médico y dirigir sus hábitos de vida hacia objetivos que permitan ayudar a cuidar su salud y prevenir o retrasar la aparición de enfermedades.
Una de las aproximaciones a la medicina preventiva es la genómica nutricional. Esta disciplina, que agrupa la nutrigenética y la nutrigenómica, permite definir la relación entre la genética de una persona y sus requerimientos nutricionales. La nutrigenética nos informa sobre la respuesta a los alimentos en función de los polimorfismos que portamos. En cambio, la nutrigenómica investiga los efectos de la dieta sobre la expresión de nuestros genes.